Doutrina

Ação do Ministro Leigo
PERGUNTA
Nome:
Marcos
Enviada em:
01/01/2004
Local:
Angras dos Reis - RJ,
Religião:
Católica
Idade:
34 anos
Escolaridade:
2.o grau concluído



Gostaria que me informassem o seguinte:

1 - O Ministro leigo da Eucaristia, pode colocar a Eucaristia no Ostensório para adoração e no final da adoração, ostentando o Ostensório dar a benção aos fiéis ( em nome do Pai, do Filho e do Espírito Santo ), traçando o sinal da Cruz com o Santíssimo? Isto na ausência do Sacerdote. E também qual o documento da Igreja que contém recomendações sobre tal assunto, se puderem me enviem e-mail deste documento.

Que Deus vos abençoe...

Abraços...

Marcos

RESPOSTA


Prezado Marcos, salve Maria.

Tem havido inúmeros abusos com relação à Eucaristia e à Missa. Procura-se fazer o povo crer que o padre pode ser substituído, e mesmo, que o padre não seria necessário. Fala-se que, no futuro, não haveria mais sacerdotes, na Igreja. O Papa João Paulo II acaba de fazer um discurso condenando todos esses abusos. O que você me notícia sobre o tal leigo que abençoa o povo com o ostensório, contendo a Hóstia consagrada, é, sem dúvida, um abuso, que não deveria ser praticado.

Remeter-lhe-ei junto, o discurso do Papa a que me referi.

In Corde Jesu, semper,

Orlando Fedeli.

------------------------------ IMPORTANTE DISCURSO DO PAPA JOÃO PAULO II CONTRA TESES DOUTRINÁRIAS DEFENDIDAS PELO NEO CATECUMENATO

A agência de notícias ACI - (
http://www.aciprensa.com/notic2001/noviembre/notic1416.htm, edição de 24 de Novembro de 2001), divulgou importante discurso do Papa João Paulo II sobre o sacerdócio e sua exclusiva função, ao receber em audiência os participantes da assembléia plenária da Congregação para o Clero, presidida pelo Cardeal Dario Castrillón Hoyos, no dia 23 do corrente.

Em seu discurso, Sua Santidade reafirma pontos fundamentais da doutrina milenar da Igreja, explicitamente negados pelo movimento Neo Catecumenato, conforme correspondências publicadas neste site.

Em resumo, o papa João Paulo II salienta:

1 - Função exclusiva e insubstituível do sacerdote na paróquia, em especial como ministro dos sacramentos, cabendo aos leigos somente a possibilidade de colaborar com ele, mas nunca ocupar seu lugar;

2 - A importância do sacerdote na celebração do "sacrifício da Missa, in persona Christi";

3 - A importância de se cumprir o preceito da assistência à celebração"dominical e insubstituível" , dia do Senhor.

4 - A "presença real de Cristo na hóstia após a consagração bem como no sacrário";

5 - O erro de se pensar que a Igreja do futuro será uma Igreja sem sacerdotes.

A íntegra deste discurso se encontra no site do Vaticano, versão italiana:

http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2001/november/documents/hf_jp-ii_spe_20011123_plenaria-clergy_it.html

Abaixo, transcrevemos a notícia da ACI - Espanha (o negrito e sublinhado são nossos).

"LA IGLESIA DEL MAÑANA NO ES UNA IGLESIA SIN SACERDOTES, DICE EL PAPA VATICANO, 24 Nov. 01 (ACI).- El Papa Juan Pablo II reafirmó el papel irremplazable del sacerdote ordenado como cabeza de la comunidad parroquial al recibir en audiencia a los participantes de la asamblea plenaria de la Congregación para el Clero, que preside el Cardenal Darío Castrillón Hoyos.

En el discurso a los miembros del Dicasterio reunidos a discutir el tema "El presbítero, pastor y guía de la comunidad parroquial", el Papa subrayó que solo un sacerdote ordenado puede ser un pastor válido y que los parroquianos pueden colaborar con él pero nunca ocupar el lugar del sacerdote.

Juan Pablo II recordó también la importancia, en la vida de un sacerdote, de una predicación adecuada, de la naturaleza vital de la celebración dominical de la Eucaristía y de mantener este precepto, de enseñar la presencia real de Cristo en la Eucaristía y de no consentir a los organismos consultivos canónicamente autorizados de ir más allá de sus deberes como consultores del pastor.

"El sacerdote "in persona Christi" (personificando a Cristo) celebra el sacrificio de la Misa y administra los sacramentos", dijo el Papa; y agregó que "para la parroquia tener un sacerdote como pastor propio es por lo tanto de importancia capital", pues "el de pastor es un título reservado específicamente al sacerdote". "De hecho, el orden del presbiterado representa para él la condición indispensable e imprescindible para ser nombrado párroco válidamente".

El Párroco y la Eucaristía "Ciertamente, los otros fieles pueden colaborar con él activamente, incluso a tiempo pleno, pero ya que no han recibido el sacerdocio ministerial, no pueden substituirlo como pastor", advirtió el Papa; y explicó que la comunidad eclesial "necesita absolutamente el sacerdocio ministerial para tener a Cristo como cabeza y pastor presente en ella".

Juan Pablo II recalcó que "Cristo está presente en la Iglesia de forma eminente en la Eucaristía, fuente y culmen de la vida eclesial. Está presente realmente en la celebración del santo Sacrificio, como también cuando el pan consagrado se custodia en el sagrario".

El Papa se refirió luego a la importancia de observar el precepto dominical y citó su carta apostólica Dies Domini de 1998: "Entre las numerosas actividades que desempeña una parroquia, ninguna es tan vital o formativa para la comunidad como la celebración dominical del día del Señor y de su Eucaristía". "Ninguna podrá jamás substituirla", agregó.

No pronosticar un iglesia sin sacerdote "Donde falta el sacerdote -prosiguió el Papa- es necesario suplicar a Dios con fe e insistencia que provea de numerosos y santos obreros a su viña"; porque "sería un error fatal resignarse a las dificultades actuales, y comportarse de hecho como si hubiera que prepararse a una iglesia del mañana, imaginada casi privada de presbíteros. De este modo, las medidas adoptadas para suplir las carencias actuales resultarían sumamente perjudiciales para la comunidad eclesial, a pesar de toda buena voluntad".

"La parroquia es un lugar privilegiado para la proclamación de la Palabra de Dios", dijo el Papa. Un sacerdote debe "tener una gran familiaridad personal con la Palabra de Dios" y debería intentar ser lo más eficaz posible en su ministerio de predicador.

"La colaboración de los demás, que no han recibido esta configuración sacramental a Cristo -concluyó- es deseable y a menudo necesaria".

Sin embargo, esas personas "deben ser fieles a la finalidad consultiva que les es propia" y por lo tanto "será necesario estar en guardia ante cualquier forma que, de hecho, tienda a disminuir la autoridad del párroco".

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