Iglesia y religión

Señores obispos, no se limiten a señalar a los "lobos"
Luis Fernando Pérez Bustamante


Creo que no exagero mucho si afirmo que la recién publicada Instrucción Pastoral "Teología y secularización en España" es probablemente el documento más importante que han producido nuestros obispos desde el concilio Vaticano II.

En el mismo reconocen el grave daño que producen a la Iglesia todos los teólogos y religiosos disidentes que llevan décadas usando las atalayas mediáticas para atacar la doctrina católica que nos propone el magisterio para creer. De ellos dicen que causan "divisiones y desorientan gravemente al pueblo fiel, son causa de sufrimiento para muchos cristianos (sacerdotes, religiosos y seglares), y motivo de escándalo y mayor alejamiento para los no creyentes".

También afirman que esa actitud ajena al verdadero espíritu del catolicismo "encuentra apoyo en miembros de Centros académicos de la Iglesia, y en algunas editoriales y librerías gestionadas por Instituciones católicas. Es muy grande la desorientación que entre los fieles causa este modo de proceder". Muy bien, señores obispos: diagnóstico acertado. Pero no basta.

Mucho me temo que a este documento le pase como a tantos otros: que está muy bien escrito pero luego no hay quien tenga el valor suficiente como para obrar en consecuencia. Y obrar, lo que se dice obrar, para atajar el mal que describen los obispos no podemos hacerlo los laicos. Algunos pueden tener un blog donde dar toda la "caña" posible a diestra y siniestra. Otros tenemos los foros y las cartas a los medios para hacer oír nuestra voz, lo cual es más de lo que teníamos hace años, pero seguimos en clara desventaja en comparación con la enorme cobertura mediática que tienen los disidentes.

Porque claro, ¿acaso los laicos concienciados de este problema tenemos la posibilidad de alejar de los centros académicos de la Iglesia a quienes están apoltronados en ellos para enseñar lo contrario a lo que dicta el magisterio? ¿acaso los laicos preocupados por el devenir de esta enfermedad espiritual que nos acecha a todos tenemos la autoridad para ordenar la reforma absoluta o disolución de las instituciones católicas que gestionan librerías y editoriales al servicio de la disidencia?

Yo de un buen médico no requiero solamente que me diga cuál es el mal que pone en peligro mi salud. Requiero que me dé la medicina para curarme y que, si es necesario, me mande al quirófano a estirpar por las buenas aquello que amenaza mi vida. De la misma manera pido a mis pastores que no se limiten a señalarme dónde están los lobos.

De hecho, no hace falta que me los señalen pues ya les veo sus patas negras debajo del disfraz de oveja y ya les oigo aullar por las noches. Lo que les pido es que me protegan de ellos, que les ahuyenten, que les espanten por las bravas si es necesario. Y no tanto por mí, que más o menos me las sé arreglar por mi cuenta, sino por todo ese rebaño de fieles que no tienen porqué saber cómo evitar caer bajo las dentelladas de aquellos que han hecho de la oposición al magisterio su modo de vida.

Así que, señores obispos, muchas gracias por señalar el mal, pero dediquen sus esfuerzos a erradicarlo. Cuentan para ello con el apoyo y las oraciones de aquellos que amamos a la Iglesia como a la verdadera Madre y Maestra que es. Más vale tarde que nunca. Es su tarea. Es su deber. Es su obligación para con Dios y los hijos de Dios. Tienen la autoridad. Tienen los medios. Tienen el llamado a hacerlo (Rom 16,17 y Tito 3,10). ¿A qué esperan pues?


    Para citar este texto:
"Señores obispos, no se limiten a señalar a los "lobos""
MONTFORT Associação Cultural
http://www.montfort.org.br/esp/imprensa/igreja/20060411/
Online, 20/04/2024 às 10:53:15h